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Cambios Terrestres

La madre naturaleza es la manifestación más pura y profunda del amor de Dios sobre la tierra. Es bálsamo de dulzura y consuelo. Podéis comprobarlo desde vuestros hermanos menores como las plantas, que en muchos casos dan su vida y se marchitan para que puedan brotar sus retoños. En el caso de los animales, habéis podido observar muestras extrañas y maravillosas de gatas que crían y amamantan perros bebés o viceversa. El instinto maternal es un sello de amor que ha puesto el Profundo en todos los seres de la naturaleza y más aún en el ser humano ya que tiene mayor conciencia evolutiva.

En su manifestación humana, el amor maternal trasciende los planos materiales para realizar la libre expresión de su más sublime misión. La madre presta su cuerpo para ser el medio por el cual las almas tomen posesión de su vehículo corporal y así poder desarrollarse en este plano y cumplir su misión. El deber y la felicidad de dar vida, se plasma en los sacrificios que cada día ofrece gustosa desde el día de la concepción, para el bien de los suyos. 

La capacidad de sacrificio de una madre es tan profundo y hermoso, que ofrecerá su vida por sus hijos, sin siquiera dudarlo.

No olvidéis que la manifestación maternal se inicia desde vuestra madre tierra. ella es la gran nave espacial que los cobija y sustenta durante el tiempo que dura el viaje cuando tomáis la forma humana.

La mejor muestra de amor es cuidarla y reverenciarla, creando conciencia del valor de su presencia en vuestras vidas. No la sigáis disgustando ni maltratando, recordad que ella es también vuestra madre.

Manifiesten también el respeto hacia los animales, que con amor puro, son capaces de cuidar crías de otras especies, muchas veces en mayor porcentaje del que lo hacen los seres humanos. 

El verdadero día de las madres es todos los días, pues de nada sirve demostrar consideración y detalles tiernos un solo día al año. 

Sed agradecidos y nobles, todos sin excepción, porque todos tienen o han tenido una madre. Sed humildes y tiernos con ellas, porque sólo de esta manera serán verdaderos hijos de Dios. 

Imitad pues el amor puro y desinteresado de una madre practicándolo hacia todas las criaturas; si así lo hiciesen de manera continua y como algo natural que brota de lo más profundo del corazón, vuestro mundo sería un lugar más sano, hermoso y equilibrado, vuestra Tierra sería un pequeño paraíso para el Universo. Todo esto es posible, pero deben empezar cada cual por si mismo. 

No limitéis a un solo día el agradecimiento y amor que debe ser permanente, vivan diariamente el perfecto amor que se traduce en el servicio a los demás. 

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