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¿CÓMO GESTIONAR LA CRISIS DE LA ADOLESCENCIA?

 

Te invitamos a leer la siguiente nota del Dr. José Luis Pérez-Albela, en donde nos ofrece consejos muy valiosos sobre cómo gestionar de la mejor manera posible, las crisis que a veces se nos presentan cuando tenemos adolescentes en casa…


Entre las edades de 11 y 19 años, no es raro ver cambios en nuestros hijos, pues éstos entran en un período complicado tanto para ellos como para los progenitores: la crisis de la adolescencia. ¡Es un pasaje inevitable, durante el cual se pone a prueba el papel de los padres! 

 

¿Cómo gestionar la crisis de la adolescencia?

1. Habla mucho con tus hijos: Explícales cómo tú como padre también pasaste por ese período. Menciónales que es un período natural, parte de la vida y que no están solos. Habla de todo, de drogas, de sexo, de emociones y sentimientos. Escucha y sé el psicólogo de tus hijos. Eso abrirá una puerta de confianza y estrechará los lazos y la unión familiar. 

 

2. Respeta los tiempos de tu hijo adolescente: El adolescente busca huir de sus padres y todo lo relacionado con ellos (casa, familia, etc.). Es habitual verlos encerrarse en su habitación nada más volver a casa, o pasar los fines de semana al aire libre. Para un adolescente, los amigos son sinónimo de libertad, porque son los únicos que los entienden. Por lo tanto, pasará el mayor tiempo posible con ellos, pues le recuerdan que es libre mientras no esté en casa. Además, dejarle esta distancia podría mejorar tu relación con él porque respetará su intimidad, lo que no debe dejarle indiferente. El adolescente está en proceso de construcción de sí mismo como adulto, por lo que rechaza cualquier forma de autoridad que represente un atentado a su libertad. No intentes interferir en su privacidad monitoreando sus movimientos. Intenta aconsejarle y advertirle de ciertos peligros a los que podría estar expuesto y de los que no sería consciente. 

 

3. Establece límites. Si no estás de acuerdo, expón tus razones en buen tono. Esto ayudará a que tu hijo entienda por qué no estás de acuerdo. Poner límites también tranquiliza a tu hijo adolescente, que no siempre sabe cómo ponérselos él mismo. Tiene un papel de referencia, porque cuando no eres tú quien los plantea, es la sociedad.

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