1. Demasiada limpieza. Pensarías que desinfectar todo es bueno para nuestra salud, ¡pero está mal! Nuestro sistema inmunitario necesita ser estimulado, especialmente durante la niñez. Al crecer en un ambiente higienizado, el cuerpo no aprende a defenderse como lo haría cuando entra en contacto con gérmenes. Peor aún, la famosa lejía no solo elimina todos los microorganismos (incluso los que necesitamos), sino que facilita el desarrollo de bacterias resistentes. Para una limpieza regular, opta por productos suaves o naturales como el jabón, vinagre blanco o bicarbonato de sodio.
2. Cepillar sus dientes inmediatamente después del desayuno. Mucha gente se cepilla los dientes inmediatamente después de comer. ¡Esto a menudo es un error! Para algunos alimentos, eso no será un problema. Pero para alimentos ácidos como el café, jugo de naranja, ciertas frutas, aderezos para ensaladas o refrescos, el cepillo de dientes repelerá la acidez en nuestro esmalte dental y promoverá su abrasión. Debes esperar al menos 30 minutos antes de cepillarte los dientes.
3. Calentar un recipiente de plástico en el microondas. El plástico puede contener compuestos químicos y volátiles como bisfenol y ftalatos. El desarrollo de estos disruptores endocrinos se puede ver favorecido por el calor. Los disruptores endocrinos pueden afectar la manera en que nuestras glándulas producen hormonas y causar muchos trastornos.
4. Confiar en internet para detectar enfermedades. No se trata de evitar leer sobre ciertos síntomas, pero tenemos que tener cuidado de no cometer el error de autodiagnosticarnos y peor aún automedicarnos. Sin embargo, estar informado es una excelente manera de prevenir enfermedades, pero hazlo en lugares confiables, visita sitios oficiales y con experiencia. Recuerda que, en caso de síntomas, debes confiar en el asesoramiento personalizado de un profesional de la salud.
¡Esperamos que esta información te haya sido útil!