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CUIDADO CON LA VIGOREXIA

Trastorno que se caracteriza por una preocupación excesiva en relación al físico y una distorsión del esquema corporal.

Se le suele conocer también como anorexia nerviosa inversa, esto se debe a que el punto de atención del individuo es justamente el opuesto, la persona percibe que es muy delgado, pequeño y débil. Si bien aún no es reconocida por la comunidad médica internacional, se puede observar un gran número de sujetos que coinciden con las características que la componen.

¿Una anorexia inversa?

Como se mencionó previamente, la vigorexia es un trastorno mental en el que la persona se obsesiona con su estado físico hasta niveles enfermizos. Se tiene una visión distorsionada de uno mismo, llegando a verse como alguien débil y enclenque.  Dicha distorsión va a tener una incidencia directa sobre sus hábitos alimenticios, asimismo, aparecerá un notable incremento de la actividad física, lo que puede generar que se dejen de lado otras actividades de su vida para poder disponer de mayor tiempo de entrenamiento.

Evidentemente, con la intención de potenciar el resultado de los ejercicios, se incurrirá en una gran ingesta de proteínas y carbohidratos. Además, como lo que se busca es aumentar la masa muscular, se abusará de sustancias como los esteroides anabolizantes. Un gran número de sujetos con este trastorno tendrá la costumbre de mirarse constantemente al espejo para ir verificando los “avances” que va alcanzando.

Es debido a las características mencionadas que se le suele conocer como complejo de Adonis o anorexia inversa. En el primero de los casos, se hace alusión a un personaje de la mitología griega, el cual era famoso por ser sumamente atractivo. En la segunda denominación, se busca establecer cierto paralelo con la anorexia, trastorno que se caracteriza por la obsesión por perder peso.

La vigorexia se presenta con mayor incidencia en los varones jóvenes, con edades entre los 18 y 35 años. Se calcula que se presenta en cuatro de cada diez mil personas.

Posibles causas

No hay una relación de causas bien establecidas, sin embargo, se podría empezar mencionando que es posible que el origen pueda remontarse a la historia del individuo en cuestión. Se pueden reconocer ciertos factores de riesgo como:

  • Intimidación o burlas en el colegio.
  • Falta de armonía en la familia.
  • El perfeccionismo.
  • El ideal estético en la cultura.

Los medios de comunicación van a tener un papel importante en la génesis de este problema. Esto se debe a que son los encargados de transmitir y propagar modelos idealizados de imagen, que son asumidos en muchos casos como referentes por los jóvenes. Es evidente que dichos ideales no son representados por gente delgada o que puede ser percibida como “débil”.

Se puede observar que en diversos programas de televisión se transmiten abundantes formatos de competencia, en los que se establece una especie de culto a la fortaleza física y un cuerpo bien formado. Todos los participantes son tomados como ejemplo por los niños y adolescentes, se produce una especie de aprendizaje observacional ya que los ven como personas exitosas, admiradas y reconocidas; el resultado es que se anhele a ser como ellos.

La situación se vuelve más crítica al ver que en pruebas que exigen un mínimo de cultura o raciocinio se cometen, con frecuencia, severas equivocaciones. De esta manera, se puede enviar el mensaje de que la mejor manera de ser exitoso es dedicándose al físico. ¿Es esto lo que realmente queremos transmitir como sociedad?

Complicaciones o consecuencias

El cambio de hábitos y el ejercicio excesivo puede llevar a distintos tipos de complicaciones, dentro de las que se pueden mencionar:

  • Músculos, articulaciones y tendones dañados.
  • Odio de sí mismo, debido a la constante exigencia y poca satisfacción con los resultados.
  • Malas relaciones, vida social afectada negativamente ya que el buscar cada vez más tiempo para entrenar los va aislando.
  • Interferencia con su actividad laboral o la escuela.
  • Incapacidad para relajarse sin preocuparse constantemente sobre el juicio de los demás.
  • Depresión, suicidio.
  • Alteración del ciclo menstrual de la mujer.
  • Aparición de acné.
  • Problemas cardíacos.
  • Atrofia testicular.
  • Reducción del volumen de espermatozoides.
  • Retención de líquidos.

Tratamiento

Definitivamente, se va a requerir de un tratamiento psicoterapéutico a largo plazo. En ciertos casos puede ser necesaria la intervención de un psiquiatra para la regulación farmacológica de la percepción (en casos muy severos) y para alguna depresión asociada. Evidentemente, la participación de un nutricionista será fundamental para laborar todo lo relacionado a los hábitos alimenticios.

Se recomienda también fortalecer los círculos de soporte del sujeto, es decir, que familiares y amigos deben ofrecer su apoyo, esto facilitará y acelerará el proceso de recuperación notablemente.

Es conveniente comentar también que la familia puede ser un agente importante de prevención, mantenerse atentos a las señales de alerta y no fomentar excesos será de gran ayuda. Del mismo modo, su intervención será de suma importancia a la hora de motivar a quien padece de este trastorno en la búsqueda de ayuda.

 
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