Dr. José Luis Pérez-Albela
Médico cirujano
Médico naturista
PERÚ
La pregunta que todos hacen es ¿cuánto debemos dormir? La verdad, así como nadie espera que todos usemos la misma talla de zapatos, cada persona es diferente en sus necesidades de dormir.
Ocho horas para dormir por la noche es lo generalmente aceptado; sin embargo, de siete a siete horas y media es lo más común en la mayoría de las personas. Pero, aun así, esos números no son los más precisos porque, estadísticamente, una buena noche de sueño puede variar y lo más seguro es irse a la cama temprano. Recuerden, tan importante como cuántas horas dormir es a qué hora dormimos.
Aquí, es preciso tener en cuenta el ritmo circadiano: la relación del funcionamiento y la fisiología del cuerpo humano con la luz del día y la oscuridad de la noche. Es tan sabio el organismo que la melatonina, la hormona que se produce en la glándula pineal y regula nuestro dormir, solo se produce cuando estamos en un período largo en la oscuridad. El organismo produce melatonina para propiciar el sueño y dormir naturalmente. A este proceso lo llamo el “sueño solar”. Respetar los ritmos de la naturaleza y activar nuestro biorritmo es lo más seguro para nuestro bienestar.
El reloj del biorritmo se divide de esta manera:
4 am. a 12 m. Ritmo de descarga.
12 m. a 8 p.m. Ritmo de carga.
8 p.m. a 4 a.m. Ritmo de reposo.
Para ser más claros, si dormimos durante la carga y comemos durante la descarga, nuestro biorritmo se alterará y, por lo tanto, nuestras hormonas también. En este desbalance se produce la obesidad, porque no ha habido una adecuada descarga, o comienzan a gestarse las enfermedades como diabetes, hipertensión, enfermedad coronaria, etc. En lugar de dejar que nuestro organismo se desintoxique naturalmente de acuerdo a su biorritmo, lo hemos cargado con alimento en horas indebidas, con lo cual hemos alterado seriamente ese ciclo natural.
Es necesario considerar que, cuando comemos, nuestra energía se concentra en el plexo solar: un mayor volumen de sangre se moviliza en esta zona para hacer la digestión correcta. Por tal razón, es importante tener en cuenta la relación de cuánto comemos y las horas en que lo hacemos porque, definitivamente, afectará nuestro cuerpo.
Otro aspecto a considerar es que nuestras horas de dormir pueden variar de acuerdo a los tiempos en que vivimos. Algunas personas duermen más cuando experimentan estrés, depresión o duelo, y duermen menos cuando están alegres. Cabe mencionar que algunas mujeres duermen más durante su período premenstrual.
Expertos de la Sociedad Estadounidense de Medicina del Sueño han elaborado un cuadro basado en todos los estudios y artículos publicados sobre horas de sueños de acuerdo a las edades. Podríamos tomarlo en cuenta como referencia, pero insisto en que cada uno debe llevar un registro de sus propias horas de sueño.
Recién nacidos (0-3 meses) 14-17 horas
Infantes (4-11 meses) 12-15 horas
Niños (1-2 años) 11-14 horas
Preescolares (3-5) 10-13 horas
Escolares (6-13) 9-11 horas
Adolescentes (14-17) 8-10 horas
Jóvenes (18-25) 7- 9 horas
Adultos (26-64) 7-9 horas
Adultos mayores (65 a más) 6- 8 horas
Hace más de 150 años, antes de que Thomas Edison inventara la luz eléctrica, nuestra sociedad dormía una hora más en general. Con la llegada de la luz artificial, se alteraron los ritmos, los horarios y las dinámicas de vida individual y de relación: las personas comenzaron a dormir más tarde y, naturalmente, a levantarse más tarde. Antes de la aparición generalizada de la luz eléctrica, la historia registra que las personas se acostaban más temprano que en nuestros tiempos y se levantaban con el sol.
Antes se creía que cuanta más edad tenía una persona, necesitaba dormir más; ahora comprobamos que, a medida que avanzamos en edad, el tiempo de dormir disminuye, la calidad del sueño se deteriora y el envejecimiento se acelera. Por tal motivo, es conveniente observar cuántas veces comemos durante el día y qué comemos.
NOTA EDITORIAL: Si desean saber más sobre el sueño, los invitamos a adquirir el libro “El sueño es sagrado” del Dr. José Luis Pérez-Albela en su librería favorita.