Regresar

COMPARTELO EN

LA MENTE PUEDE SANAR O ENFERMAR

Todo lo que pensamos y lo que creemos tiene efectos tanto positivos como negativos sobre nuestra salud física.

 

La mente es la primera trinchera del cuerpo para defenderse contra la enfermedad, el envejecimiento y la muerte. Es nuestra aliada a favor de la salud y el bienestar.

 

Las investigaciones más recientes muestran evidencias incuestionables de las interacciones mente-cuerpo a nivel molecular y celular que pueden impactar sobre la salud y la calidad de vida de los individuos.

 

Hipócrates decía que es más importante conocer al paciente que tiene una enfermedad, que conocer la enfermedad que tiene el paciente. En efecto, desde la medicina clásica se recomienda poner el enfoque en cada paciente en particular, considerándolo como un individuo único e irrepetible.

 

La buena medicina radica en la calidad de la interacción humana, aquella que surge de la relación entre el médico y sus pacientes.

 

Las personas no van al médico solo porque les duele algo: quieren que les presten atención, que los escuchen y los comprendan en algún problema que no siempre tiene que ver con alguna enfermedad física.

 

La actitud mental del individuo tiene mucho que ver con su situación ante la enfermedad o la posibilidad de morir. Cuatro siglos antes de Cristo, el griego Tucídides observó que lo más terrible es la desolación de la gente cuando se da cuenta de que contrajo una enfermedad, ya que en esas circunstancias adopta una actitud

desesperada y pierde el poder de resistencia. Y, como consecuencia, sus defensas se debilitan.

 

Esta es una clara referencia a la diferente posibilidad de lucha contra la enfermedad entre una persona optimista que seguramente vivirá más, y el pesimista que acelerará el proceso de su muerte.

 

El rol del paciente en el proceso de su curación ha cambiado porque ha ganado en importancia, a la vez que el rol del médico ya no es el del "ser supremo" que todo lo cura, sino que debe interactuar con el paciente: explicando, enseñando, transmitiendo habilidades y esperanza. El médico se transforma en un colaborador del paciente para enfrentar juntos a la enfermedad.

Regresar

COMPARTELO EN