Las aceitunas están emparentadas con los mangos, cerezas, duraznos, y pistachos, ya que son frutos de hueso. Se encuentran entre los alimentos cultivados más antiguos que se conocen. Las aceitunas son una fruta poco común por su alto contenido en grasas saludables. Su grasa más abundante es el ácido oleico, el ácido graso omega 9.

También contienen 4 a 6% de carbohidratos, la mayoría de los cuales consisten en fibra. Las aceitunas son un alimento básico de la dieta mediterránea. Tiene beneficios para la salud, especialmente para la salud del corazón y la prevención del cáncer.

En la región mediterránea, el 90% de las aceitunas se utilizan para hacer aceite de oliva. La grasa que contienen es predominantemente del tipo monoinsaturado saludable, lo que puede ayudar a mejorar las proporciones de colesterol. Las aceitunas también son una buena fuente de vitamina E que ayuda a neutralizar los radicales libres y a fortalecer el sistema inmunitario. También contienen hierro, cobre y fibra dietética.

Si intenta comer aceitunas recién recogidas de un árbol, se encontrará con una amarga sorpresa: solo las aceitunas procesadas son sabrosas. Ya sea que se recolecten verdes o maduras (negras), las aceitunas deben fermentarse y / o curarse para que sean comestibles.

(Tenga en cuenta que algunas aceitunas negras en realidad se recogen en verde; el procesamiento y la oxidación las vuelven de un color más oscuro). Las aceitunas son ricas en antioxidantes, con propiedades para la salud que van desde combatir la inflamación hasta reducir el crecimiento de microorganismos. Un estudio demostró que comer aceitunas aumentaba significativamente los

niveles sanguíneos de glutatión, uno de los antioxidantes más poderosos del cuerpo.

Las tasas de osteoporosis son más bajas en los países mediterráneos que en el resto de Europa, lo que lleva a especular que las aceitunas podrían proteger contra esta afección.

 

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