La glutamina, uno de los aminoácidos más abundantes en nuestro cuerpo, desempeña un papel crucial en numerosas funciones fisiológicas.
Reparación y mantenimiento del intestino: el revestimiento del intestino delgado está compuesto por células que se renuevan constantemente. La glutamina, promueve su crecimiento y regeneración, lo que contribuye a la integridad de la pared intestinal y mejor absorción de nutrientes.
Apoyo a la función inmunológica intestinal: las células del intestino requieren glutamina como fuente de energía para llevar a cabo sus funciones de defensa. Al proporcionar suficiente glutamina, fortalecemos el sistema inmunológico intestinal, previniendo infecciones y promoviendo la salud general del sistema digestivo.
Reducción de la permeabilidad intestinal: el intestino permeable, puede ser un problema en diversas afecciones gastrointestinales. La glutamina ayuda a mantener la integridad de la barrera intestinal, reduce la permeabilidad y evita la filtración de sustancias no deseadas.
Soporte durante el estrés y traumatismo intestinal: el intestino puede sufrir daños y estrés en situaciones como cirugías, enfermedades inflamatorias intestinales o trastornos relacionados con el estrés. La glutamina se ha utilizado en estudios clínicos como suplemento para promover la reparación celular y reducir la inflamación.
Fuentes alimenticias de glutamina: los garbanzos, las lentejas y los frijoles son alimentos vegetales ricos en glutamina. También lo son las almendras, nueces, pistachos, semillas de calabaza, semillas de girasol, los vegetales de hoja verde y los cereales integrales como la avena y el arroz integral.